Dejar el pie en el pedal del embrague en paradas o semáforos:
Este es uno de los vicios más comunes, y en muchos casos se adquiere
durante la fase de aprendizaje. Mantener el pie descansado en el pedal del
embrague produce fricciones en el disco que pueden provocar una disminución de
la vida útil de mismo.
No pisar el pedal del embrague a fondo cuando cambias de marcha:
Para que la palanca de cambios se mueva con suavidad y la marcha se
engrane adecuadamente, es imprescindible pisar a fondo el pedal del embrague.
Además, también es importante soltar el embrague una vez se haya cambiado de
velocidad, por el mismo motivo que hemos comentado en el punto anterior
Circular continuamente con el pie en el pedal de embrague:
Ni apoyado ni presionando. Al circular con el vehículo no se debe
utilizar en absoluto el embrague, a menos que vayas a cambiar de marcha. Al
lado del pedal del embrague, la mayoría de vehículos, tienen un espacio
habilitado para descansar el pie izquierdo. Utilízalo y obtendrás 2 beneficios:
comodidad y prevenir averías
No hacer caso a los ruidos que puedan provenir del sistema:
Como ya hemos comentado numerosas veces, el mantenimiento preventivo y las
revisiones periódicas son esenciales a la hora de detectar posibles averías
antes de que se produzcan. Por tanto, es conveniente “escuchar” a nuestro coche
y saber identificar si los diferentes ruidos que se puedan producir,
pueden ser síntoma de un embrague desgastado o defectuoso.
Cualquier mal funcionamiento del embrague o de la caja de cambios durante
el uso de éste, ha de ser revisado por un profesional ya que de lo contrario se
corre el riesgo de que la avería solo pueda ser solucionada mediante la
sustitución de este elemento. averías posibles
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