Todos los elementos del automóvil tienen una vida útil limitada y
condicionada al buen mantenimiento, la limpieza y el tipo de uso que se haga de
los mismos para evitar un desgaste temprano; y los inyectores no son una
excepción.
Los inyectores del vehículo, como sabemos, son los encargados de
pulverizar la cantidad adecuada de carburante a la cámara donde tendrá lugar la
combustión, por tanto, por ellos circula continuamente el combustible,
quedando expuestos a todas las impurezas que se acumulan en el tanque del
depósito y acaban pasando a la bomba de combustible que va ligada a los
inyectores.
Si abusamos de circular en reserva y si no renovamos los filtros de
combustible, estamos potenciando el deterioro prematuro de los inyectores al
ensuciarlos en exceso provocando serias averías en el sistema de inyección con
los consecuentes daños para el motor.
Un poco de suciedad en los inyectores puede provocar tirones en las
aceleraciones o des aceleraciones, pero si no hacemos nada al respecto, el
cilindro dejará de funcionar a causa de la obstrucción del inyector. Si esto
sucede, ya no podrá suministrarle combustible al motor, y notaremos que
éste no funciona con normalidad.
Además de tomar las medidas
necesarias haciendo uso de una mecánica preventiva tal y como os
mostramos aquí, es recomendable proceder a la limpieza de los
inyectores cada 100.000 kilómetros por primera vez, y después cada 50.000 kms, de
manera que podamos alargar la vida útil de estos componentes al permitirles
funcionar correctamente durante más tiempo.
Tipos de limpieza de los inyectores
Hay distintos métodos para llevar a cabo la limpieza de los inyectores,
principalmente se clasifican en tres:
- Limpieza
con aditivos: Consiste en añadir al depósito de combustible
líquidos limpiadores que destapan los inyectores. Es el método más
económico y sencillo de usar, pero no todos los fabricantes están de
acuerdo con su uso debido a la agresividad de las sustancias químicas que
llevan que a largo plazo puede acabar por deteriorarlos.
- Limpieza
por barrido: Se acopla un estanque con el líquido de limpieza
al vehículo, y se le hace funcionar el motor para que esta solución
circule por el riel de combustible hasta que se agota la botella. Como el
limpiador no se diluye, es más potente que los aditivos, pero también hay
un mayor riesgo de dañar los inyectores en el proceso.
- Limpieza por ultrasonido: En este método, se extraen los inyectores para colocarlos en un banco de pruebas donde se van lavando y se mide la resistencia, estanqueidad, el patrón de pulverización y el caudal. Es el modo más eficaz ya que te permite corregir de forma individual el defecto de cada inyector, y antes de reinstalarlos los sellos y juntas que se colocan, son nuevos. La mayor desventaja, además del coste, es que temporalmente no dispones del vehículo, ya que los inyectores son retirados y enviados al laboratorio.
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