Reparar
una fuga en el radiador de nuestro coche es una tarea muy sencilla que podremos
realizar nosotros mismos para ahorrar costes.
Se trata de un elemento fundamental a la hora de
evitar el sobrecalentamiento del motor. Así pues, cuando existan fugas o imperfecciones
en el mismo, el proceso que realiza podría verse afectado y terminar por causar
importantes daños en el motor o en alguna de las diversas piezas que de él
dependen, como por ejemplo la junta de culata o el
termostato.
¿Cómo saber si el radiador
de nuestro coche tiene una fuga?
Por lo
general, identificar una fuga en el radiador de un coche es relativamente fácil
ya que habitualmente encontraremos
charcos de refrigerante bajo el vehículo cuando lo dejemos estacionado y
se producirán burbujeos en el origen de la misma fuga.
Para
comprobar en qué lugar se ha originado la fuga, tendremos que poner el motor en marcha y verificar por
dónde rebosa el refrigerante, que es un líquido de color verdoso.
También deberemos de fijarnos en la tapa del depósito para descartar que no sea
este elemento el que ha adquirido holgura.
¿Qué necesitaremos para
reparar una fuga en el radiador?
El primer
lugar nos gustaría avisar de que esta
reparación se trata de un arreglo temporal, por lo que será
imprescindible que visitemos a nuestro mecánico de confianza tan pronto como
sea posible.
Para
reparar y sellar una fuga ocasionada en el radiador de nuestro vehículo,
necesitaremos los siguientes elementos:
- Refrigerante
- Un destornillador
- Sellador para sistemas refrigerantes
- Manguera de radiador
- Resina epoxi para radiadores
Advertencia: si no
estáis seguros de si el sellador para el sistema de refrigeración es útil para
vuestro radiador os aconsejamos dejarlo tal cual se encuentre y acudir
directamente a vuestro taller, ya que podría dañarlo pues no todos tienen la
misma resistencia.
- Arrancaremos el motor y esperaremos hasta que se caliente para ver en qué lugar se encuentra exactamente la fuga. Si no es posible localizar la fuga debido a la suciedad acumulada, tendremos que apagar el motor y esperar hasta que enfríe. Después podremos rociar con agua y lavar superficialmente el radiados y las mangueras del mismo para esclarecer la zona, para finalmente volver a repetir la operación de encendido del motor y la comprobación visual.
- A continuación, quitaremos el anillo que actúa de agarradera con la manguera de la que proviene la fuga y limpiaremos la abertura del radiador. También tendremos que desconectar el otro extremo de la manguera ya que el siguiente paso será sustituirla por una nueva que se encuentre en perfecto estado.
- Una vez hayamos instalado la nueva manguera, volveremos a apretar las agarraderas metálicas hasta que estemos completamente seguros de que no existe ningún tipo de holgura entre la manguera y los anillos.
- A continuación, apagaremos el motor y dejaremos que éste se enfríe para poder drenar el radiador. Una vez drenado, limpiaremos el lugar dónde se ha originado la fuga, si es que no hemos realizado este paso en el primer punto, y parchearemos la superficie dañada con la resina epoxi de modo que la grieta quedará sellada.
- El siguiente paso, siempre con el motor frío, será desenroscar la tapa del radiador para poder verter el líquido sellador para sistemas refrigerantes. Una vez vertido, completaremos el depósito con la mezcla óptima de agua y líquido refrigerante (60% de refrigerante y 40% de agua) hasta situar el nivel entre la marca MIN y MAX, sin llegar a rebasar nunca el máximo.
Finalmente, me gustaría aconsejaros que aunque llevéis a cabo la reparación de fugas en el
radiador de vuestro coche, siempre es recomendable acudir lo antes posible a
vuestro mecánico de confianza para que pueda revisar el elemento y considerar
si es necesario cambiarlo por uno nuevo.
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