Una avería en el termostato influirá directamente sobre el
funcionamiento del motor, pudiendo llegar a producirse un calentamiento en el
motor
Existen diferentes motivos por los que el termostato del coche
puede sufrir una avería, lo que podría llegar a producir un
sobrecalentamiento en el motor y afectar seriamente al funcionamiento del
vehículo.
Tal y como os comentábamos en
nuestro post: ¿Cómo reparar una fuga en el radiador de nuestro coche?, el
sobrecalentamiento del motor puede acabar literalmente, con la vida útil del
termostato, del radiador y de la junta de culata. Si esto se llegara a
producir, el coste de la reparación sería muy elevado y podría suponer el fin
de la vida útil de vehículo.
El termostato se queda siempre abierto y el calentamiento del motor es insuficiente
Cuando esto suceda, podremos identificar un mal funcionamiento del
termostato por dos vías distintas: la temperatura a la que trabaja el motor y
la efectividad del sistema de calefacción instalado en el interior del
habitáculo. Exponemos ambos síntomas a continuación:
El motor trabaja a
temperaturas bajas:
Si advertimos que el motor de nuestro coche trabaja de forma inusual en
frío sin llegar a calentarse lo suficiente, es posible que el
termostato esté atascado en abierto, lo que hará que el refrigerante
circule de manera excesiva.
La calefacción no expulsa aire caliente:
El sistema de calefacción mediante aire empleado para aclimatar el interior
del vehículo, también depende directamente del sistema de refrigeración.
Funciona a través del calentador, que acumula el calor producido por el propio
motor y lo expulsa hacia el interior del habitáculo.
Si el termostato se queda atascado en abierto, el motor no se
calentará lo suficiente y el calentador no enviará aire caliente hacia el
interior.
El termostato se queda siempre cerrado y el calentamiento del motor es
excesivo
Este síntoma podría ser el más perjudicial para el conjunto del sistema ya
que inmediatamente se traduciría en un sobrecalentamiento del motor, pues el
refrigerante no circulará de manera suficiente por el circuito.
Una vez el motor comienza a calentarse en exceso, la presión se acumula
pudiendo llegar a causar graves desperfectos en la junta de culata, algo que
resultaría verdaderamente costoso de reparar.
Cabe resaltar en este punto, que en motores que cuentan con bloques de
aluminio y que a día de hoy ya se han incorporado en la mayoría de coches de
nueva fabricación, el daño sería también considerable ya que el calor haría que
la cabeza del bloque motor se deformara y sería necesario reemplazarla.
Se producen continuas variaciones de temperatura:
Si percibimos que se producen continuas variaciones en la temperatura del
motor, puede ser debido a un fallo del termostato. Si esto sucede, el motor
cambiará su temperatura constantemente debido a que el líquido refrigerante
no estará circulando con normalidad desde el radiador hasta el motor.
El líquido refrigerante es expulsado por el colector del motor:
En ocasiones, un termostato en mal estado podrá producir fugas de
refrigerante desde el colector del motor. Esto suele ser debido a que
existen imperfecciones que producen fugas en la junta del termostato que sella
el espacio entre éste y el colector.
El consumo de combustible es excesivo:
Cuando notemos que el consumo de combustible es excesivo sin motivo
aparente, es posible que sea un síntoma de un termostato en mal estado o
averiado. La explicación de este problema es la siguiente: el motor está
trabajando en frío por lo que el combustible tiende a condensarse alrededor de
los cilindros sin llegar a quemarse adecuadamente, por lo que el
carburante necesario para que el rendimiento del motor sea óptimo será más
elevado.
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